La unidad básica del lenguaje audiovisual es el plano. Desde una
perspectiva espacial, plano es el espacio escénico que vemos en el
marco del visor de la cámara o en la pantalla; desde una perspectiva
temporal plano (o toma) es todo lo que la cámara registra desde que
se inicia la filmación hasta que se detiene.
Cuando los pioneros cinematográficos empezaron a tomar conciencia
de las variaciones que surgían con los cambios de punto de vista
de la cámara y objetivos decidieron crear una tipología del
tamaño de los planos. La establecieron tomando como referencia básica
la figura humana; aunque los límites son flexibles.
Los tipos de plano son los siguientes:
GRAN PLANO GENERAL
Forma parte de los planos descriptivos, que intentan recoger un espacio
muy amplio en donde la figura humana está inmersa, y sirve para definir y
situar todo el ambiente de la imagen que se está tomando. Pueden
existir personajes pero sin tomar especial relevancia.
PLANO GENERAL
Se le considera igualmente un plano descriptivo, donde se recoge a la
figura humana de cuerpo entero, integrada en el ambiente que le rodea.
Es un plano más cercano donde el sujeto toma una relación directa con el
medio inmediato que aparece en el plano.
PLANO AMERICANO
También llamado plano " tres cuartos". El plano muestra al sujeto desde
la cabeza hasta las rodillas. Es un plano muy utilizado en el cine
americano, de donde deriva su nombre. El personaje empieza a tomar más
importancia, al apreciarse claramente su rostro.
PRIMER PLANO
Es un plano más cercano que engloba toda la cabeza del sujeto hasta los
hombros. Pertenece a los planos con función expresiva, que recoge los
valores gestuales y emocionales de la cara. Al ser un plano tan corto,
la realidad circundante está totalmente abstraída.
GRAN PRIMER PLANO
Encuadra fundamentalmente la cara del personaje, cortando la cabeza por
la frente y por la barbilla. Al igual que el primer plano tiene una
finalidad expresiva, que intenta recoger las partes gestualmente más
importantes, como son los ojos y la boca.
PLANO DE DETALLE
Con este tipo de plano se intenta encuadrar una parte de un todo. En la
figura humana se presenta cuando se recoge la imagen de una mano, la
mirada, la boca; y también puede presentarse cuando se detalla parte de
un objeto. Las imágenes pueden tomar diferentes valores, expresivos,
descriptivos o narrativos, según la relación con el contexto.
viernes, 14 de diciembre de 2012
lunes, 26 de noviembre de 2012
El cine actual
El siglo XXI pareció arrancar con fuerza en el tema del largometraje
de ficción ya que solo entre el 2001 y el 2004 se estrenaron cinco
producciones: Asesinato en El Meneo (2001), de Oscar Castillo; Password,
una mirada en la oscuridad (2002) de Andrés Heidenreich; Mujeres
apasionadas (2003), de Maureen Jiménez; Marasmo (2003), de Mauricio
Mendiola y Caribe (2004), de Esteban Ramírez. Lo que quizá muchos no
saben es que existen cinco películas costarricenses más que se
encuentran ya rodadas y en etapa de postrproduccion. Se trata de El
camino, de Ishtar Yasin, la cual sí se encuentra totalmente terminada y
lista para estrenarse. Aborda el tema de la migración nicaraguense a
partir de dos niños que viajan a nuestro país en busca de su madre.
Asimismo, El rey del cha-cha-cha, de Isabel Martínez y Vicente Ferraz,
traza la ruta de un excomandante sandinista, Paco Jarquín (interpretado
por el connotado actor mexicano Damián Alcázar), el cual deja sus
ideales revolucionarios para empezar una nueva vida en el anonimato.
Tres Marías, de Francisco Gonzáles, es una historia urbana, en la se
dibuja un microcosmos de la San José de hoy, con sus problemas de droga,
violencia, prostitución, a partir de la historia de tres mujeres. El
cielo rojo, de Miguel Gómez, es la historia de un grupo de jóvenes y su
pase de la adolescencia-juventud a la edad adulta, con el dolor que esto
conlleva. Finalmente, Tercer mundo, de César Caro, son tres historias
que suceden en Chile, Bolivia y Costa Rica y en las cuales bajo la
coartada de hablar sobre extraterrestres hay una importante reflexión
sobre nuestra identidad.
Me refiero solo a las películas ya rodadas y no a proyectos por filmar, que son muchos más. No me cabe duda, entonces, que una industria audiovisual en Costa Rica es ya una realidad.
Me refiero solo a las películas ya rodadas y no a proyectos por filmar, que son muchos más. No me cabe duda, entonces, que una industria audiovisual en Costa Rica es ya una realidad.
En la actualidad, el Cine 3D
está teniendo muchísima aceptación entre los amantes del cine.
Películas contemporáneas como Avatar, Toy Story 3, Kung Fu Panda 2,
Linterna verde, Transformers: The Dark Side of the Moon , El Rey Leon ,
Harry Potter y las Reliquias de la Muerte tienen sus versiones
tridimensionales que atraen cada vez más a un público más exigente. La
última película en sumarse a esta larga lista ha sido Titanic, que ha
regresado a la gran pantalla tras 15 años desde su estreno y 100 de su
hundimiento .
James Cameron, que ya perfeccionó la
técnica 3D con el éxito de ‘Avatar’, vuelve a hacer uso de la tercera
dimensión en la gran pantalla para convertir las emociones que brotan de
la película en sensaciones aún más personales si cabe. Y de este modo
conmemorar el primer centenario de la tragedia naval más conocida de la
historia.
Uno de los mayores inconvenientes, hasta
el momento, había sido la necesidad del uso de gafas para ver la
reproducción de contenidos en tres dimensiones. Pero gracias a la
aplicación de una tecnología novedosa, conocida como Parallax barrier,
el uso de las mismas ya no es imprescindible para poder disfrutar del
maravilloso mundo de las tres dimensiones.
domingo, 25 de noviembre de 2012
El cine de los años 90
El cine de los noventa aportó grandes películas, sobre todo comparándolas con la década anterior. De cara a los estrenos, las grandes compañías apostaron por multiplicar el número de copias para su exhibición, lo cual les obligaba a reforzar la mercadotecnia precisa para recuperar su inversión a corto o medio plazo. Y pese a la proliferación de festivales que impulsaban al cine independiente, éste último pasó a depender también de las majors,
consolidando el vigor de los grandes grupos.
Lo cierto es que la década se abrió con el deseo de que el público adulto volviera a las salas. Por desgracia para los promotores de la medida, los estudios de mercado aún demostraban que la mayor parte de la audiencia estaba formada casi exclusivamente por adolescentes. En todo caso, surgió un grupo de cineastas independientes que reclamaba la herencia de los setenta y se dirigía a una audiencia madura, tanto por su edad como por sus ambiciones intelectuales. En dicho grupo se distinguieron tipos sumamente interesante. Por ejemplo, John Sayles, Ang Lee, los hermanos Coen, Edward Burns, etc…
Junto a las producciones de George Lucas y Steven Spielberg –aún más respetado tras el lanzamiento de la magistral La lista de Schindler (1993)–, nos encontramos con los esmerados trabajos de otros norteamericanos.
A la delicadeza de James Ivory (Regreso a Howards End, 1992), se sumaban la sorprendente y prolífica trayectoria de Woody Allen (Misterioso asesinato en Manhattan, 1993; Poderosa afrodita, 1995; Todos dicen I Love You, 1996) y la imaginería bizarra de Tim Burton (Eduardo Manostijeras, 1990; Ed Wood, 1994; Pesadilla antes de Navidad, 1995; Mars Attacks!, 1996).
La generación del vídeo impuso nuevos modos de narrar, influidos por las novelas baratas, la televisión y los cómics. Desde el primer momento, el espectador medio agradeció esa combinación de diálogos de historieta, planificación dinámica y violencia estilizada que fue patentada por Quentin Tarantino, Tony Scott, Robert Rodríguez y Oliver Stone, y que se convirtió en la baza de títulos como Reservoir Dogs (1992), Amor a quemarropa (1993), Pulp Fiction (1994), Desperado (1994) y Asesinos natos (1994). Cuando vi Pulp Fiction sabía que Tarantino iba a formar parte de otros de mis directores favoritos seguido de Robert Rodriguez.
Si algo tenían en común todos estos largometrajes era la presencia de Tarantino en los créditos. Quizá por ello, se comenzó a hablar sobre el tarantinismo como una corriente con valor propio.
Claude Zidi tradujo a imágenes un cómic de Uderzo y Goscinny, Astérix y Obélix contra César (1999), una desigual película que se convirtió en otro fenómeno taquillero.
Kathy Bates gana el Oscar por Misery, otra adaptación de una novela de Stephen King. 1991 es el año de Terminator 2. El film era el más caro de la historia hasta la fecha, y contaba con unos impresionantes efectos especiales realizados por ordenador. A partir de Desafío Total (1990) y Terminator 2 el ordenador cobra una importancia primaria en el mundo de los efectos especiales, que se irá incrementando con el paso de los años.
consolidando el vigor de los grandes grupos.
Lo cierto es que la década se abrió con el deseo de que el público adulto volviera a las salas. Por desgracia para los promotores de la medida, los estudios de mercado aún demostraban que la mayor parte de la audiencia estaba formada casi exclusivamente por adolescentes. En todo caso, surgió un grupo de cineastas independientes que reclamaba la herencia de los setenta y se dirigía a una audiencia madura, tanto por su edad como por sus ambiciones intelectuales. En dicho grupo se distinguieron tipos sumamente interesante. Por ejemplo, John Sayles, Ang Lee, los hermanos Coen, Edward Burns, etc…
Junto a las producciones de George Lucas y Steven Spielberg –aún más respetado tras el lanzamiento de la magistral La lista de Schindler (1993)–, nos encontramos con los esmerados trabajos de otros norteamericanos.
A la delicadeza de James Ivory (Regreso a Howards End, 1992), se sumaban la sorprendente y prolífica trayectoria de Woody Allen (Misterioso asesinato en Manhattan, 1993; Poderosa afrodita, 1995; Todos dicen I Love You, 1996) y la imaginería bizarra de Tim Burton (Eduardo Manostijeras, 1990; Ed Wood, 1994; Pesadilla antes de Navidad, 1995; Mars Attacks!, 1996).
La generación del vídeo impuso nuevos modos de narrar, influidos por las novelas baratas, la televisión y los cómics. Desde el primer momento, el espectador medio agradeció esa combinación de diálogos de historieta, planificación dinámica y violencia estilizada que fue patentada por Quentin Tarantino, Tony Scott, Robert Rodríguez y Oliver Stone, y que se convirtió en la baza de títulos como Reservoir Dogs (1992), Amor a quemarropa (1993), Pulp Fiction (1994), Desperado (1994) y Asesinos natos (1994). Cuando vi Pulp Fiction sabía que Tarantino iba a formar parte de otros de mis directores favoritos seguido de Robert Rodriguez.
Si algo tenían en común todos estos largometrajes era la presencia de Tarantino en los créditos. Quizá por ello, se comenzó a hablar sobre el tarantinismo como una corriente con valor propio.
Junto a esas propuestas postmodernas, el cine convencional de aventuras aún demostraba su eficacia, alcanzando algunas cotas singulares con Maximo riesgo (1992), de Renny Harlin, y El fugitivo (1993), de Andrew Davis.
Por aquello de que nunca es malo aprovechar las sinergias del mercado, los best-sellers del momento fueron llevados a la pantalla sin pérdida de tiempo. Esto hizo ganar merecidísimas fortunas a escritores como Stephen King (La mitad oscura, 1992), Tom Clancy (Peligro inminente, 1994), Michael Crichton (Parque Jurásico, 1993) y John Grisham (El cliente, 1994).
Con la misma intención comercial, el universo del videojuego empezó a trasladarse al cine. Dos cintas muy mediocres fueron pioneras de esta corriente, Super Mario Bros (1993) y Mortal Kombat (1995). Por suerte, el modelo fue perfeccionándose, y en la década siguiente proporcionaría más de una obra interesante.
No está de más dedicar unas líneas a la campaña promocional que originó la adaptación de la novela, Parque Jurásico (1993), de Steven Spielberg. Digámoslo con claridad: si el público acudió a las salas, al margen del sello de calidad que ofrece el nombre de Spielberg, es porque la moderna tecnología digital había permitido unos efectos portentosos, llamativos por sí solos. Es aquí donde quedó establecido que un éxito contundente desde el primer fin de semana por fuerza debía ser también una película de efectos especiales.
Los efectos especiales fueron utilizados sin discriminar lo necesario de lo superfluo, y acabaron convirtiéndose en el signo distintivo de la ciencia-ficción y el thriller de acción de los noventa. Ello encareció los costos de producción y forzó una carrera tecnológica en la que el más difícil todavía fue una constante. La elaborada producción deWaterworld (1995), de Kevin Reynolds, fue una muestra indicativa. El guión, tirando a previsible, no era la baza decisiva de este film. Lo verdaderamente llamativo era la compleja imaginería acuática que, gracias a los efectos especiales, era mostrada en pantalla.
Por distintas razones, las tres películas más influyentes de la década en Estados Unidos fueron Titanic (1997) de James Cameron; Sexo, mentiras y cintas de vídeo (1989), de Steven Soderbergh, demostración de que el cine independiente podría ser taquillero; y Reservoir Dogs (1992), de Quentin Tarantino, cuyo influjo en el thriller fue destacadísimo.
Miramax Films, la compañía productora de Pulp Fiction (1994), fue adquirida por Disney, que a lo largo de la década consolidó su liderazgo en el campo del dibujo animado a través de títulos como La bella y la bestia(1991), Aladdin (1993) y El Rey León (1994). Corría el año 1995 cuando el primer largometraje de animación digital, Toy Story, fue producido por una filial de Disney, Pixar Animation Studios.
Claude Zidi tradujo a imágenes un cómic de Uderzo y Goscinny, Astérix y Obélix contra César (1999), una desigual película que se convirtió en otro fenómeno taquillero.
Kathy Bates gana el Oscar por Misery, otra adaptación de una novela de Stephen King. 1991 es el año de Terminator 2. El film era el más caro de la historia hasta la fecha, y contaba con unos impresionantes efectos especiales realizados por ordenador. A partir de Desafío Total (1990) y Terminator 2 el ordenador cobra una importancia primaria en el mundo de los efectos especiales, que se irá incrementando con el paso de los años.
viernes, 23 de noviembre de 2012
El cine de los años 80
Época de transición en muchos aspectos (politicos, sociales, humanos,
artisticos), los años ochenta en el apartado cinematográfico resultaron,
en contra de lo que una impresión superficial podría señalar, bastante
atractivos: fueron los años de las despedidas de cineastas importantes
(Tarkovsky, Huston, Leone, Bresson, Fuller, Cassavetes, Truffaut, Lean).
Cineastas que debutaron (y triunfaron) la década anterior, continuaban
demostrando su talento (Scorsese, Coppola, Wenders, Verhoeven, Weir,
Lynch, Eastwood, Erice, Carpenter, Cronenberg...).
Hollywood produjo
algunos de los títulos más influyentes en el cine moderno (Blade Runner, El resplandor, El imperio contraataca, Amadeus...)
El cine de animación (habitualmente menospreciado y olvidado) desvelaba
su vitalidad, relevancia y potencial sobretodo con los films de
Miyazaki, Takahata, Otomo, los cortos de John Lasseter, y algunos de los
más oscuros largometrajes de la factoria Disney.
Comienza la era Spielberg, que da lo mejor de sí mismo con Indiana Jones y ET. Es el nuevo rey Midas: todo lo que toca lo convierte en oro. El público parece regresar a las salas en busca del espectáculo
Aparecen Sam Reimi, y Tim Burton y también nace el cine independiente con Jim Jarmush (Extraños en el paraíso, 1984) y los hermanos Coen (Sangre fácil, 1984). Cine que acabará siendo comercial desde Sundance, festival
patrocinado por Robert Redford en el estado de Utah que pretendía
cubrir el territorio de directores novatos y cazatalentos.
En España, son los años de Almodóvar (desde Pepi, Lucy, boom...a ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios y Átame). Rafael Azcona escribe el guión de El bosque animado, con Alfredo Landa. Se va superando así el período del destape.
José Luis Cuerda da un título personal, original y divertido con Amanece que no es poco, inaugurando su propio género: el “surrealismo rural”.
Por otra parte, La colmena y Los santos inocentes de Camus (basadas en libros de C. J. Cela y Miguel Delibes), El viaje a ninguna parte y Las bicicletas son para el verano de Fernando Fernán Gómez, así como La vaquilla de Berlanga recuperan la memoria de la España de la Guerra Civil y el franquismo.
Además están Fernando Trueba, Bigas Luna, José Luis Borau, y Gonzalo Suárez. Pese
a todos estos nombres y otros más, se volvía a hablar de crisis: no
podíamos competir con la todopoderosa industria de Hollywood y el
resurgir de los últimos setenta parecía un espejismo. Se veían películas
estadounidenses y poco cine español. Y sin embargo, José Luis Garci ganaba un Oscar con Volver a empezar (1982).
Video de las peliculas de los años 80 clasificadas por años:
lunes, 5 de noviembre de 2012
El cine de los años 70
Ninguna época es uniforme y los años 70 no son la
excepción. Si uno mira en la distancia el cine que se veía en aquellos
años, pueden encontrarse con muchas tendencias: igual que ahora, igual
que siempre. Sin embargo, es indudable que esos años fueron marcadamente
políticos y el cine que vimos y que nos gustaba, las películas que
fueron para nosotros “las grandes películas”, estaban impregnadas de
política.
Empiezan a aparecer los géneros de suspense, fantásticos y de terror que superan con creces a las películas que antes se hacían de este tipo de género en las películas antiguas, como pueden ser: la Hammer daba sus últimos coletazos con Las Cicatrices de Drácula (1970), Drácula 73 (1972), o Los Ritos Satánicos de Drácula (1973).
En 1971, Roger Corman abandona la dirección y funda la New World Pictures, donde se formarán los futuros grandes creadores del género. Ese año, Steven Spielberg dirige Diablo sobre Ruedas, y Vincent Price interpreta El Abominable Dr. Phibes. Los retorcidos y espectaculares asesinatos serían motivo de una secuela el año siguiente, demostrando que los psycho killer de los 60 siguen gustando al público.
Pero las peliculas más destacadas de ese año serían otras. El primero, la Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, que muestra el horror cotidiano que marcará el terror de la época. Otro exponente de este terror cotidiano es la otra película destacada de ese año, La Última Casa a la Izquierda. Con un tono semidocumental y una fotografía sucia y granulosa, Wes Craven muestra explícitamente (a pesar de los innumerables cortes de la censura) la muerte de dos chicas a manos de un grupo de delincuentes, y la posterior venganza del padre de una de ellas.
En 1972, Gordon Lewis se despide de las cámaras con the Gore, Gore Girls, una parodia del género que él mismo creó. El año siguiente será el del El Exorcista, a partir de la cual los efectos y el maquillaje serán indispensables en el género.
Si el 73 es el año de El Exorcista, 1974 es el de la Matanza de Texas. Tobe Hooper hace temblar y vomitar a la audiencia. Aún hoy en día, el film causa escalofríos, gracias a un terror que alcanzaba cotas nunca vistas. Cara de Cuero y su familia, parodia de la familia de la América profunda, se convierten en icono indiscutible del cine de terror.
Ese mismo año, Lloyd Kauffman y Michael Herz fundaban la Troma Films, Larry Cohen dirige Estoy Vivo, y Brian de Palma mezcla el musical y el terror en El Fantasma del Paraiso.
En 1974, la primera pelicula internacional de David Cronenberg, Vinieron de Dentro de, deja ver ya las obsesiones de su director, además de representar la vuelta al terror de la actriz Barbara Steel.
El año siguiente, los vampiros glam son los protagonistas de The Rocky Horror Picture Show, la fantástica adaptación del musical teatral, que protagonizaron Tim Curry y Susan Sarandon.
Pero si imitaciones tuvo Viernes 13, más aún cosechó La Noche de Halloween, de John Carpenter (1978), todo un hito del cine independiente y del género fantástico. Al igual que Cromosoma 3 (1979), el primer gran éxito de David Cronenberg o Mad Max (1979), del australiano George Miller.
Se vivía el cine como algo muy importante y
definitivo, lo cual era bueno, sin duda, pero se sacrificaba al cine
como entretenimiento. Era el culto del cine europeo y la satanización de
Hollywood. Prohibidas Aeropuerto, Tiburón, Love Story, El mundo está loco, loco. Prohibidas y por lo tanto más gozadas: en secreto. Prohibido lo rosa: Un hombre y una mujer, de Claude Lelouch.
Había, no obstante, una excepción a aquella tiránica regla: las películas de vaqueros. Por unos dólares más, Por un puñado de dólares y la impresionante Pandilla salvaje de Sam Peckimpah. Por ahí se coló el buen cine norteamericano: Cowboy de medianoche, El último deber, Maridos, Barrio Bohemio, Mi vida es mi vida, American Graffitti.
Apenas la punta del iceberg de una tradición que hubiera sido un error
imperdonable desconocer porque nos llevaba directo a un gran
descubrimiento: la época dorada de Hollywood de los años 40 y 50.
Así como conquistar lo personal fue un gran logro de esos
años, también lo fue apropiarnos de la cultura baja o “pop”. Disfrutar
sin culpa el cine de entretinimiento, la televisión con sus seriados y
telenovelas, los comics, la radionovelas, las revistas, que ya hacían
parte de nuestro entorno y que resultaba ridículo negar. Gozarla a
partir de una reelaboración irónica y sin hacer una idolatría a
ultranza, como se vive ahora, cuando se pretende hacer de ella un modelo
tiránico que arrase con todo lo que tenga un atisbo de profundidad o de
cuestionamiento, o un leve sabor a gran cultura. El cine como arte o el
cine como entretenimiento: no importa siempre y cuando haya calidad. Un
amplio registro, pero en el que no todo vale.
Empiezan a aparecer los géneros de suspense, fantásticos y de terror que superan con creces a las películas que antes se hacían de este tipo de género en las películas antiguas, como pueden ser: la Hammer daba sus últimos coletazos con Las Cicatrices de Drácula (1970), Drácula 73 (1972), o Los Ritos Satánicos de Drácula (1973).
En 1971, Roger Corman abandona la dirección y funda la New World Pictures, donde se formarán los futuros grandes creadores del género. Ese año, Steven Spielberg dirige Diablo sobre Ruedas, y Vincent Price interpreta El Abominable Dr. Phibes. Los retorcidos y espectaculares asesinatos serían motivo de una secuela el año siguiente, demostrando que los psycho killer de los 60 siguen gustando al público.
Pero las peliculas más destacadas de ese año serían otras. El primero, la Naranja Mecánica de Stanley Kubrick, que muestra el horror cotidiano que marcará el terror de la época. Otro exponente de este terror cotidiano es la otra película destacada de ese año, La Última Casa a la Izquierda. Con un tono semidocumental y una fotografía sucia y granulosa, Wes Craven muestra explícitamente (a pesar de los innumerables cortes de la censura) la muerte de dos chicas a manos de un grupo de delincuentes, y la posterior venganza del padre de una de ellas.
En 1972, Gordon Lewis se despide de las cámaras con the Gore, Gore Girls, una parodia del género que él mismo creó. El año siguiente será el del El Exorcista, a partir de la cual los efectos y el maquillaje serán indispensables en el género.
Si el 73 es el año de El Exorcista, 1974 es el de la Matanza de Texas. Tobe Hooper hace temblar y vomitar a la audiencia. Aún hoy en día, el film causa escalofríos, gracias a un terror que alcanzaba cotas nunca vistas. Cara de Cuero y su familia, parodia de la familia de la América profunda, se convierten en icono indiscutible del cine de terror.
Ese mismo año, Lloyd Kauffman y Michael Herz fundaban la Troma Films, Larry Cohen dirige Estoy Vivo, y Brian de Palma mezcla el musical y el terror en El Fantasma del Paraiso.
En 1974, la primera pelicula internacional de David Cronenberg, Vinieron de Dentro de, deja ver ya las obsesiones de su director, además de representar la vuelta al terror de la actriz Barbara Steel.
El año siguiente, los vampiros glam son los protagonistas de The Rocky Horror Picture Show, la fantástica adaptación del musical teatral, que protagonizaron Tim Curry y Susan Sarandon.
En 1976, Brian de Palma dirige Carrie, basada en la novela de Stephen King. El éxito propicia innumerables adaptaciones de la obra del escritor.
De ese mismo año, podemos destacar La Profecía o Picnic en Hanging Rock, terror llegado desde Australia de la mano de Peter Weir, autor también de La ultima ola(1978). También del 76 es Snuff, una falsa snuff movie, dirigida por Michael y Roberta Findlay, que provocará el escándalo.
En 1977 fué el año del punk, de las primeras elecciones democráticas españolas, el primer vuelo del Concorde, la muerte de Elvis y, anteponiéndose a todo, de La Guerra de las Galaxias de George Lucas. La película es todo un fenómeno social y cinematográfico, y personajes como Darth Vader pasan a convertirse en parte de la cultura popular.
No obstante, no es lo único interesante del cine fantástico de ese año. Además de Suspiria, otra muestra del giallo italiano, dirigida por Dario Argento, ese año se estrena Las Colinas Tienen Ojos, otro clásico de Wes Craven, que convierte en actor fetiche a Michael Berryman. En parte, es precursora de films como Viernes 13 (1980), que sirve de punto de partida para numerosas secuelas e imitaciones. El film de Sean Cunnigham convierte a los adolescentes descerebrados en presas fáciles de un psycho killer.
No obstante, no es lo único interesante del cine fantástico de ese año. Además de Suspiria, otra muestra del giallo italiano, dirigida por Dario Argento, ese año se estrena Las Colinas Tienen Ojos, otro clásico de Wes Craven, que convierte en actor fetiche a Michael Berryman. En parte, es precursora de films como Viernes 13 (1980), que sirve de punto de partida para numerosas secuelas e imitaciones. El film de Sean Cunnigham convierte a los adolescentes descerebrados en presas fáciles de un psycho killer.
Otro clásico de ese año fué la maravillosa Alien, el Octavo Pasajero, que sienta las bases del cine de ciencia ficción posterior. También en 1979, la revista Interviú cataloga de auténtico el film Holocausto Caníbal de Ruggero Deodato.
Ni que decir tiene que el film no era más que otro film del género
mondo, totalmente ficticio, pero el artículo llevó al cine a muchísimos
morbosos.
Aunque
los grandes estudios siguen dominando la distribución de las películas,
otros sectores de la industria, como la producción, el rodaje y el
financiamiento están cada vez más en manos de estudios y productores
independientes. En los años 70 empezaron a aparecer los actores-
productores, directores-productores, guionistas-productores y
actores-guionistas.
La
desilusión del público con el gobierno y los problemas de la sociedad en
general da lugar a toda una cosecha de películas con un punto de vista
cínico, como Juventud sin esperanza (Taking Off, 1971) y Todos los hombres del presidente (All the President’s Men, 1976).
Los
protagonistas masculinos ya no tenían que interpretar el mismo papel una
y otra vez en diferentes películas. Se convierten en estrellas actores
que no se amoldaban al estereotipo del galán, como Jack Nicholson, Al Pacino, Robert De Niro y Dustin Hoffman.
Después de unos años de cine espectacular basado en el catastrofismo quizás como reflejo del retorno del peligro atómico, se impone la
recuperación de la superproducción desde el punto de vista de la calidad
y de la rentabilidad. Concretamente de la mano de Georges Lucas y de Steven Spielberg.
Paralelamente, otros directores apuestan por un cine igualmente
comercial pero tratando con un estilo de realización muy personal y
creativo, como Ford Coppola, Scorsese, Brian de Palma, Burton, Lynch…
Son unos años en los que o se cuestiona todo como en el caso de las peliculas sobre Indochina o se retorna al pasado con nostalgia; abundan los
remakes y el fantástico.
Películas
con muchos efectos especiales prueban de atraer a los espectadores
hacia la sala oscura. Actores musculosos se convierten en héroes de la
pantalla en títulos violentos cuando no reaccionarios. Frente a este
cine consumista aparecen autores más preocupados por los temas políticos
y, sobre todo, por la injerencia de los EE.UU en otras zonas. También
son tiempos de grandes melodramas y de recuperación de la comedia; en
ésta última destaca Woody Allen. La globalización de la economía afecta al cine norteamericano que se alía con la industria electrónica oriental.
lunes, 29 de octubre de 2012
El cine de los años 60
La sociedad estadounidense comienza a sentir la fuerza de una generación
que busca abrir nuevos caminos reivindicativos de una nueva convivencia
que se proyectan en los intereses culturales, creativos y vivenciales. La
industria del cine, en gran medida, también siente cómo el
interés de los espectadores por las películas que produce
está provocando que sus cimientos se resientan. La televisión
y otros modos de entretenimiento provocan que determinadas superproducciones
tengan difícil su amortización.
El cine estadounidense ya ha sentado bases en Europa, produciendo numerosas películas en Gran Bretaña, Italia y España, con actores de prestigio internacional y los directores más representativos de la época trabajan tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente.
El cine de terror alcanzó algunos de sus momentos más memorables con películas como Psicosis (1960) y Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock, Repulsión (1965) y La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, y La noche de los muertos vivientes (1968), de George A. Romero. El western continúa dando historia con gran fuerza y efectividad como Los siete magníficos (1960), de John Sturges, y El hombre que mató a Liberty Balance (1962), de John Ford.
Las comedias tienen de protagonistas a Rock
Hudson y Doris Day (Un pijama para dos, 1962, de Delbert Mann), a
Peter Sellers (El guateque, 1968, de Blake Edwards) y, especialmente,
a Jerry Lewis (Lío en los grandes almacenes y El profesor
Chiflado, 1963, de Frank Thaslin y el propio Lewis), aunque la presencia
del maestro Billy Wilder sigue marcando las diferencias (El apartamento,
1960, con Jack Lemmon; Uno, dos, tres, 1961, con James Cagney)
El musical aborda temas relacionados con el mundo juvenil y familiar (West Side Story, 1961; Sonrisas y lágrimas, 1965, de Robert Wise) y comienzan a surgir con más frecuencia —antes ya había pasado con Elvis Presley- las películas que aprovechan el tirón popular de los nuevos grupos musicales jóvenes, como los Beatles, para producir historias como ¡Qué noche la de aquel día! (1964), de Richard Lester.
Mucho más allá de las trayectorias personales de directores consagrados y de los nuevos creadores, se dieron otras líneas mucho más marginales que se englobaron bajo la denominación "Cine independiente americano", corrientes de vanguardia que quisieron romper con las temáticas tradicionales.
El cine estadounidense ya ha sentado bases en Europa, produciendo numerosas películas en Gran Bretaña, Italia y España, con actores de prestigio internacional y los directores más representativos de la época trabajan tanto en Estados Unidos como en el Viejo Continente.
El cine de terror alcanzó algunos de sus momentos más memorables con películas como Psicosis (1960) y Los pájaros (1963), de Alfred Hitchcock, Repulsión (1965) y La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, y La noche de los muertos vivientes (1968), de George A. Romero. El western continúa dando historia con gran fuerza y efectividad como Los siete magníficos (1960), de John Sturges, y El hombre que mató a Liberty Balance (1962), de John Ford.
El musical aborda temas relacionados con el mundo juvenil y familiar (West Side Story, 1961; Sonrisas y lágrimas, 1965, de Robert Wise) y comienzan a surgir con más frecuencia —antes ya había pasado con Elvis Presley- las películas que aprovechan el tirón popular de los nuevos grupos musicales jóvenes, como los Beatles, para producir historias como ¡Qué noche la de aquel día! (1964), de Richard Lester.
No obstante, la reflexión sobre el hombre en
el más amplio sentido de la palabra se impone en trabajos tan diversos
temáticamente como El prestamista (1965), de Sydney Lumet,
La jauría humana (1966), de Arthur Penn, Danzad, danzad,
malditos (1969),
de Sydney Pollack. Las nuevas vías creativas, desde un ámbito
independiente y solapado con las iniciativas de los grandes Estudios, quedan
reflejados en varias películas que cierran la década: El
graduado, de Mike Nichols, Cowboy de medianoche, de John Schlesinger,
-con sendas magistrales interpretaciones de Dustin Hoffman, y Bonnie
y Clyde, de Arthur Penn, y que de alguna manera permanecen en la memoria
colectiva como iconos de un momento socio-cultural de gran relieve.
En cualquier caso, se consolida un cuadro artístico
apoyado en actores como Jack Lemmon, Walter Matthau, Paul Newman, Robert
Redford, Clint Eastwood, y actrices como Faye Dunaway, Shirley MacLaine,
Barbra Streisand, entre otros, que sirven de transición entre la
estrellas maduras y los jóvenes que va a irrumpir en la década
siguiente. Mucho más allá de las trayectorias personales de directores consagrados y de los nuevos creadores, se dieron otras líneas mucho más marginales que se englobaron bajo la denominación "Cine independiente americano", corrientes de vanguardia que quisieron romper con las temáticas tradicionales.
viernes, 26 de octubre de 2012
El cine de los años 50
La década de los cincuenta, marcada por una posguerra ya asumida por nuestros mayores, y unos
silencios, terrores y misterios que jamás nos explicaron, fue una gran década para el cine
de Hollywood. El cine que nosotros veíamos, el que nos dejaba soñar con
historias tan imposibles de protagonizar, tan alejadas de nuestra
realidad, que nos apoderamos de ellas hasta el punto de pensar, ahora,
que conformaron nuestro modo de ser y, desde luego, nuestra capacidad de
sobrevivir.
Los hábitos de aquellos años y el retraso y aislamiento de nuestro país tenían como contrapartida que, en los 50, pilláramos muchas películas de los últimos 40, que duraban años en explotación, por lo que, cuando un filme nos apasionaba, terminábamos sabiéndonoslo de memoria. Quizás por eso el arrebato que nos producía una actriz o un actor solía ser fomentado gozosa y dolosamente, y aquellos héroes, fueran protagonistas o no de películas pecaminosas, arrebataban no sólo nuestra admiración, sino un sentimiento de íntima posesión que no creo que se parezca en absoluto a lo que cualquier chaval o chavala pueda sentir ahora por Kevin Costner o Demi Moore.
Algunas de las mejores peliculas de la decada de los 50 que fueron premiadas con Oscar fueron: En 1950: Eva al desnudo - Joseph L.Mankiewicz. 1951: Un americano en París - (Mejor director: George Stevens - Un lugar en el sol) 1952: El mayor espectáculo del mundo - (Mejor director: John Ford - El hombre tranquilo). 1953: De aquí a la eternidad - Fred Zinnemann. 1954: La ley del silencio - Elia Kazan. 1955: Marty - Delbert Mann. 1956: La vuelta al mundo en 80 días - (Mejor director: George Stevens - Gigante). 1957: El puente sobre el río Kwai - David Lean. 1958: Gigi - Vincente Minelli. 1959: Ben-Hur - William Wyler.
Los años 50 representan para los norteamericanos una nueva época de bienestar que cambio el estilo de vida,sobre todo en lo que se refiere al ocio. La adquisición de televisores supone un fuerte competidor para el cine.
El número de espectadores disminuye y hay que buscar maneras para recuperarlo. La mejor forma será dándole al público lo que la pequeña pantalla no puede: espectacularidad. Es entonces cuando la pantalla crece, se proyecta en color y el sonido se convierte en estéreo. Se imponen los musicales como "Cantando bajo la lluvia"(1952) de S.Donen y G.Kelly, y las superproducciones.
Hacen aparición nuevos mitos de la pantalla que rompen los esquemas de comportamiento social convencionales, como Marlon Brando, James Dean o Marilyn Monroe. Los jóvenes se convierten en un público potencial importante; es la época del rock.
Es también la década de los grandes melodramas y de la consolidación de los géneros, como en el caso de thriller; un buen ejemplo de éste último lo tenemos en los films de Hitchcock, "Vértigo"(1958) o "La ventana indiscreta"(1954). obviamente, además de occidente, en el resto del mundo también ha existido cinematografía, dependiendo la producción -en cada uno de los países mayoritariamente desarrollados- de sus posibilidades económicas y de sus ligámenes coloniales o postcoloniales con la metrópolis europea. Si bien algunos paises de África, como Egipto o La India se han caracterizado por su capacidad de producción. De Japón se ha distinguido, de la mano de grandes cineastas como Ozu, Mizoguchi y Kurosawa, éste último es el autor de "Los siete samurais"(1954). En todos ellos sorprende la concepción del tiempo cinematográfico y de la planificación.
A finales de los años 50, y siguiendo los pasos de directores innovadores como Rossellini, el cine francés se encontraba estancado por los productos clásicos que salían de sus estudios. Una nueva generación de realizadores aportan oxigeno al cine, bajo la denominación nouvelle vague, un cine igualmente hecho con pocos medios pero con fuerza innovaciones estéticas, como demostró el film de Godard, À bout de souffle"(1959), que supuso una rupturación el lenguaje cinematogŕafico habitual. Otros realizadores como Resnais, Truffaut, Chabrol, Malle o Rohmer siguieron los mismos pasos, aunque cada uno desde su estilo personal.
Los hábitos de aquellos años y el retraso y aislamiento de nuestro país tenían como contrapartida que, en los 50, pilláramos muchas películas de los últimos 40, que duraban años en explotación, por lo que, cuando un filme nos apasionaba, terminábamos sabiéndonoslo de memoria. Quizás por eso el arrebato que nos producía una actriz o un actor solía ser fomentado gozosa y dolosamente, y aquellos héroes, fueran protagonistas o no de películas pecaminosas, arrebataban no sólo nuestra admiración, sino un sentimiento de íntima posesión que no creo que se parezca en absoluto a lo que cualquier chaval o chavala pueda sentir ahora por Kevin Costner o Demi Moore.
Algunas de las mejores peliculas de la decada de los 50 que fueron premiadas con Oscar fueron: En 1950: Eva al desnudo - Joseph L.Mankiewicz. 1951: Un americano en París - (Mejor director: George Stevens - Un lugar en el sol) 1952: El mayor espectáculo del mundo - (Mejor director: John Ford - El hombre tranquilo). 1953: De aquí a la eternidad - Fred Zinnemann. 1954: La ley del silencio - Elia Kazan. 1955: Marty - Delbert Mann. 1956: La vuelta al mundo en 80 días - (Mejor director: George Stevens - Gigante). 1957: El puente sobre el río Kwai - David Lean. 1958: Gigi - Vincente Minelli. 1959: Ben-Hur - William Wyler.
Los años 50 representan para los norteamericanos una nueva época de bienestar que cambio el estilo de vida,sobre todo en lo que se refiere al ocio. La adquisición de televisores supone un fuerte competidor para el cine.
El número de espectadores disminuye y hay que buscar maneras para recuperarlo. La mejor forma será dándole al público lo que la pequeña pantalla no puede: espectacularidad. Es entonces cuando la pantalla crece, se proyecta en color y el sonido se convierte en estéreo. Se imponen los musicales como "Cantando bajo la lluvia"(1952) de S.Donen y G.Kelly, y las superproducciones.
Hacen aparición nuevos mitos de la pantalla que rompen los esquemas de comportamiento social convencionales, como Marlon Brando, James Dean o Marilyn Monroe. Los jóvenes se convierten en un público potencial importante; es la época del rock.
Es también la década de los grandes melodramas y de la consolidación de los géneros, como en el caso de thriller; un buen ejemplo de éste último lo tenemos en los films de Hitchcock, "Vértigo"(1958) o "La ventana indiscreta"(1954). obviamente, además de occidente, en el resto del mundo también ha existido cinematografía, dependiendo la producción -en cada uno de los países mayoritariamente desarrollados- de sus posibilidades económicas y de sus ligámenes coloniales o postcoloniales con la metrópolis europea. Si bien algunos paises de África, como Egipto o La India se han caracterizado por su capacidad de producción. De Japón se ha distinguido, de la mano de grandes cineastas como Ozu, Mizoguchi y Kurosawa, éste último es el autor de "Los siete samurais"(1954). En todos ellos sorprende la concepción del tiempo cinematográfico y de la planificación.
A finales de los años 50, y siguiendo los pasos de directores innovadores como Rossellini, el cine francés se encontraba estancado por los productos clásicos que salían de sus estudios. Una nueva generación de realizadores aportan oxigeno al cine, bajo la denominación nouvelle vague, un cine igualmente hecho con pocos medios pero con fuerza innovaciones estéticas, como demostró el film de Godard, À bout de souffle"(1959), que supuso una rupturación el lenguaje cinematogŕafico habitual. Otros realizadores como Resnais, Truffaut, Chabrol, Malle o Rohmer siguieron los mismos pasos, aunque cada uno desde su estilo personal.
lunes, 22 de octubre de 2012
El cine de los años 40
Es difícil establecer una unidad en el cine de los 40, pues existen tres
períodos. El primero comprende los años 1940 y 1941, antes de que
Estados Unidos entrara en la guerra. El segundo abarca hasta el final de
la guerra en 1945. El tercero es la posguerra y la recuperación de los
cines nacionales europeos.
El fenómeno más importante de estos años es la consolidación del cine negro.La primera persona que empleó el término Film Noir (cine negro) fue el crítico de cine Nino Frank, el cual comenzó a utilizarlo en sus artículos sobre películas del Hollywood de los años 40. Estas películas estaban marcadas por la prohibición, la gran depresión y la Guerra Mundial, y solo entraron al mercado europeo después de que ésta terminara.
La influencia europea:Los orígenes del cine negro no se encuentran tan solo en el cine, sino que pueden trazarse hasta otros medios artísticos; la iluminación característica de este género, por ejemplo, está fuertemente relacionada con la tradición técnica del claro oscuro y el tenebrismo, y su estética, por otro lado, está claramente vinculada al expresionismo alemán de principios del siglo XX que comprendía desde el cine, el teatro, la fotografía y la pintura hasta la escultura y la arquitectura.
Cine en color
En los años 40, con la aparición del color en el cine, se hicieron famosos la película Dr. Cyclope (1940), la primera película de ciencia ficción filmada en color, y los cortometrajes de Superman.
El fenómeno más importante de estos años es la consolidación del cine negro.La primera persona que empleó el término Film Noir (cine negro) fue el crítico de cine Nino Frank, el cual comenzó a utilizarlo en sus artículos sobre películas del Hollywood de los años 40. Estas películas estaban marcadas por la prohibición, la gran depresión y la Guerra Mundial, y solo entraron al mercado europeo después de que ésta terminara.
La influencia europea:Los orígenes del cine negro no se encuentran tan solo en el cine, sino que pueden trazarse hasta otros medios artísticos; la iluminación característica de este género, por ejemplo, está fuertemente relacionada con la tradición técnica del claro oscuro y el tenebrismo, y su estética, por otro lado, está claramente vinculada al expresionismo alemán de principios del siglo XX que comprendía desde el cine, el teatro, la fotografía y la pintura hasta la escultura y la arquitectura.
La primera voz que desde América se alzó contra los nazis fue la de Charles Chaplin en El gran dictador
(1940). Curiosamente, Chaplin era el único cineasta que todavía no
había aceptado el cine «hablado» y ésta fue su primera película hablada,
en la que hace un discurso de siete minutos.
Cine en color
En los años 40, con la aparición del color en el cine, se hicieron famosos la película Dr. Cyclope (1940), la primera película de ciencia ficción filmada en color, y los cortometrajes de Superman.
El Technicolor tenía un grave inconveniente en el tamaño de la
cámara, que la hacía sólo útil en producciones importantes, pero una gran
ventaja en la tirada de copias. Al ser un procedimiento de impresión –en las
películas actuales, el color se forma a partir de reacciones químicas- la
paleta de colores que podía usarse era muy amplia.
Por otro lado, la alemana Agfa compitiendo con los norteamericanos, inventó la película Agfacolor (Fischer, 1940) que superpone tres emulsiones sensibles al azul-rojo,
al azul-verde y al azul-violeta.
viernes, 19 de octubre de 2012
El cine de los años 30
Tras las primeras experiencias sonoras de la Warner, y especialmente
tras la exhibición de la primera película considerada sonora, El cantor
de jazz (1927), de Alan Crosland, el sonido provocó una reacción en
cadena, desde los estudios hasta las salas de proyección, influyendo en
la producción, en la creatividad y en la repercusión social de las
estrellas.
En apenas tres años se consiguieron grandes logros artísticos: el musical de King Vidor Aleluya (1929); la producción francesa Bajo los techos de París (1930), de René Clair, y las películas alemanas El ángel azul (1930), de Josef Von Sternberg, con Emil Jannings y Marlene Dietrich, y M, el vampiro de Düsseldorf (1931), de Fritz Lang, con un magnifico trabajo de Peter Lorre.
En la década de los treinta cuando también se levantaron algunos importantes estudios en el mundo, como los Barrandov (1932) de Praga; Pinewood (1936) en Londres; Cinecittà (1937) en Roma; los estudios españoles Orphea (1931) y CEA y ECESA (1933), junto con la activa producción de Cifesa (1934) y Filmófono (1935); los estudios mexicanos Clasa (1935) y Azteca (1936); los argentinos Argentina Sono Films (1931) y Lumiton (1932); la New Theatres Ltd. (1930) en Calcuta, la Bombay Talkies (1934); y la compañía japonesa Toho (1935).
Una de las películas mas conocidas de los años 30 es “Lo que el viento se llevo”.
En la elegante mansión sureña de Tara vive Scarlett O’Hara, la más bella, caprichosa y egoísta joven de la región. Ella suspira por el amor de Ashley, pero él está enamorado y prometido con la prima de Scarlett, la dulce y buena Melanie. Corren todavía tiempos felices en Tara, pero por poco tiempo, la Guerra de Secesión está a punto de estallar. En la última fiesta acontecida antes del comienzo de las hostilidades entre el norte y el sur, Scarlett conoce al simpático y apuesto Rhett Butler, un arrogante y aventurero vividor, que sólo piensa en si mismo y que no tiene ninguna intención de participar en el conflicto. Lo que él desea es hacerse rico y conquistar el corazón de la hermosa Scarlett…
En apenas tres años se consiguieron grandes logros artísticos: el musical de King Vidor Aleluya (1929); la producción francesa Bajo los techos de París (1930), de René Clair, y las películas alemanas El ángel azul (1930), de Josef Von Sternberg, con Emil Jannings y Marlene Dietrich, y M, el vampiro de Düsseldorf (1931), de Fritz Lang, con un magnifico trabajo de Peter Lorre.
En la década de los treinta cuando también se levantaron algunos importantes estudios en el mundo, como los Barrandov (1932) de Praga; Pinewood (1936) en Londres; Cinecittà (1937) en Roma; los estudios españoles Orphea (1931) y CEA y ECESA (1933), junto con la activa producción de Cifesa (1934) y Filmófono (1935); los estudios mexicanos Clasa (1935) y Azteca (1936); los argentinos Argentina Sono Films (1931) y Lumiton (1932); la New Theatres Ltd. (1930) en Calcuta, la Bombay Talkies (1934); y la compañía japonesa Toho (1935).
Una de las películas mas conocidas de los años 30 es “Lo que el viento se llevo”.
En la elegante mansión sureña de Tara vive Scarlett O’Hara, la más bella, caprichosa y egoísta joven de la región. Ella suspira por el amor de Ashley, pero él está enamorado y prometido con la prima de Scarlett, la dulce y buena Melanie. Corren todavía tiempos felices en Tara, pero por poco tiempo, la Guerra de Secesión está a punto de estallar. En la última fiesta acontecida antes del comienzo de las hostilidades entre el norte y el sur, Scarlett conoce al simpático y apuesto Rhett Butler, un arrogante y aventurero vividor, que sólo piensa en si mismo y que no tiene ninguna intención de participar en el conflicto. Lo que él desea es hacerse rico y conquistar el corazón de la hermosa Scarlett…
El cine de los años 20
Con los Felices Años 20, en América se inicia un modelo de vida que se
exportará a todo el mundo. El “american way of life” sedujo a los
europeos aumentando el consumo individual de bienes e impulsó la
publicidad. Los espectáculos de masa (cine, deportes, cabarets, teatro
se hicieron más presentes y cobraron fuerza. Los años 20 fueron los años
del cine mudo; Rodolfo Valentino y Douglas Fairbanks crearon los
primeros arquetipos cinematográficos del héroe romántico. Charles
Chaplin, Buster Keaton, Harold Lloyd, Stan Laurel y Oliver Hardy
produjeron obras maestras del cine cómico.
Después, en 1927 llegó el cine sonoro, un éxito social rotundo. Durante esos años, Ub Iwerks y Walt Disney crean a uno de los más importantes dibujos animados, el célebre ratón Mickey. Eran los primeros pasos que en los años venideros cambiarían el rumbo del cine de animación con nuevas técnicas y perspectivas.
Después, en 1927 llegó el cine sonoro, un éxito social rotundo. Durante esos años, Ub Iwerks y Walt Disney crean a uno de los más importantes dibujos animados, el célebre ratón Mickey. Eran los primeros pasos que en los años venideros cambiarían el rumbo del cine de animación con nuevas técnicas y perspectivas.
lunes, 8 de octubre de 2012
La Primera Pelicula
En 1894, Antoine fue invitado a una demostración del kinetoscopio de
Edison. Se trataba de un artilugio muy aparatoso, cuyas proyecciones
sólo se podían contemplar a través de una ventanilla. Fascinado, Antoine
propuso a sus hijos que buscasen la forma de mejorarlo.
Un año más tarde, Louis había encontrado la solución, el proyector cinematográfico. Se trataba de un aparato que pesaba unos cinco kilos, y su funcionamiento era mucho más eficiente que el de Edison. El 13 de febrero de 1894 fue patentado.
El 22 de marzo de 1895 se proyectó en París la conocida “Salida de los obreros de la fábrica Lumière”, rodada tres días antes.
A finales de diciembre de ese mismo año se exhibió el primer espectáculo de pago donde se proyectaron varias cintas, entre las que destacaban la de la fábrica, y otras como la “llegada de un tren a la estación de la Ciotat”, el “desayuno de un bebé” y “el regador regado”.
Un año más tarde, Louis había encontrado la solución, el proyector cinematográfico. Se trataba de un aparato que pesaba unos cinco kilos, y su funcionamiento era mucho más eficiente que el de Edison. El 13 de febrero de 1894 fue patentado.
El 22 de marzo de 1895 se proyectó en París la conocida “Salida de los obreros de la fábrica Lumière”, rodada tres días antes.
A finales de diciembre de ese mismo año se exhibió el primer espectáculo de pago donde se proyectaron varias cintas, entre las que destacaban la de la fábrica, y otras como la “llegada de un tren a la estación de la Ciotat”, el “desayuno de un bebé” y “el regador regado”.
INTRODUCCION AL CINE
El cine fue oficialmente inaugurado como espectáculo en París, el 28 de Diciembre de 1895.
Desde entonces ha experimentado una serie de cambios en varios
sentidos. Por un lado, la tecnología del cine ha evolucionado mucho,
desde el primitivo cinematógrafo mudo de los hermanos Lumière, hasta el cine digital del siglo XXI. Por otro lado, ha evolucionado el lenguaje cinematográfico, incluyendo las convenciones del género, creando así los géneros cinematográficos. En tercer lugar, ha evolucionado con la sociedad, surgiendo así distintos movimientos cinematográficos y cinematografías nacionales.
viernes, 5 de octubre de 2012
Presentación
Hola somos Mónica, Andrea y Raquel, estudiantes de audiovisuales en segundo de caracterización.
Hemos creado esta entrada de Bienvenida para luego seguir añadiendo entradas relacionadas con el cine.
Hemos creado esta entrada de Bienvenida para luego seguir añadiendo entradas relacionadas con el cine.
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