Época de transición en muchos aspectos (politicos, sociales, humanos,
artisticos), los años ochenta en el apartado cinematográfico resultaron,
en contra de lo que una impresión superficial podría señalar, bastante
atractivos: fueron los años de las despedidas de cineastas importantes
(Tarkovsky, Huston, Leone, Bresson, Fuller, Cassavetes, Truffaut, Lean).
Cineastas que debutaron (y triunfaron) la década anterior, continuaban
demostrando su talento (Scorsese, Coppola, Wenders, Verhoeven, Weir,
Lynch, Eastwood, Erice, Carpenter, Cronenberg...).
Hollywood produjo
algunos de los títulos más influyentes en el cine moderno (Blade Runner, El resplandor, El imperio contraataca, Amadeus...)
El cine de animación (habitualmente menospreciado y olvidado) desvelaba
su vitalidad, relevancia y potencial sobretodo con los films de
Miyazaki, Takahata, Otomo, los cortos de John Lasseter, y algunos de los
más oscuros largometrajes de la factoria Disney.
Comienza la era Spielberg, que da lo mejor de sí mismo con Indiana Jones y ET. Es el nuevo rey Midas: todo lo que toca lo convierte en oro. El público parece regresar a las salas en busca del espectáculo
Aparecen Sam Reimi, y Tim Burton y también nace el cine independiente con Jim Jarmush (Extraños en el paraíso, 1984) y los hermanos Coen (Sangre fácil, 1984). Cine que acabará siendo comercial desde Sundance, festival
patrocinado por Robert Redford en el estado de Utah que pretendía
cubrir el territorio de directores novatos y cazatalentos.
En España, son los años de Almodóvar (desde Pepi, Lucy, boom...a ¿Qué he hecho yo para merecer esto?, Mujeres al borde de un ataque de nervios y Átame). Rafael Azcona escribe el guión de El bosque animado, con Alfredo Landa. Se va superando así el período del destape.
José Luis Cuerda da un título personal, original y divertido con Amanece que no es poco, inaugurando su propio género: el “surrealismo rural”.
Por otra parte, La colmena y Los santos inocentes de Camus (basadas en libros de C. J. Cela y Miguel Delibes), El viaje a ninguna parte y Las bicicletas son para el verano de Fernando Fernán Gómez, así como La vaquilla de Berlanga recuperan la memoria de la España de la Guerra Civil y el franquismo.
Además están Fernando Trueba, Bigas Luna, José Luis Borau, y Gonzalo Suárez. Pese
a todos estos nombres y otros más, se volvía a hablar de crisis: no
podíamos competir con la todopoderosa industria de Hollywood y el
resurgir de los últimos setenta parecía un espejismo. Se veían películas
estadounidenses y poco cine español. Y sin embargo, José Luis Garci ganaba un Oscar con Volver a empezar (1982).
Video de las peliculas de los años 80 clasificadas por años:
No hay comentarios:
Publicar un comentario